“Nada florece para siempre,
pero algunas almas renacen más hermosas después del incendio.”
— autor anónimo
Desde el balcón de Lucía… Hoy me sorprendo sintiéndome en paz. No porque todo esté resuelto, sino porque algo en mí decidió dejar de cargar lo que no me pertenece.
Me estoy quitando las capas viejas del sufrimiento heredado, de la vergüenza impuesta, de los silencios que me obligaron a tragar.
Y lo que queda debajo… no es fragilidad.
Es fortaleza.
Es una piel nueva que brilla al sol sin miedo.
Es la certeza de que mi dolor no me define, pero mi propósito sí.
He nacido para sanar, para decir lo que no se dijo, para amar con fuego y ternura, para abrir caminos donde antes solo hubo murallas.
Y aunque el pasado me visitó con fuerza, hoy lo miro de frente y le digo:
“Gracias por formarme. Pero ya no me formas más.”
Hoy me miro al espejo sin excusas, sin castigos.
Hoy soy mi propia madre, mi refugio, mi altar.
Gracias a quienes entienden mi viaje sin querer controlarlo.
Gracias a la vida por mostrarme que rendirse no es rendición, sino entrega.
Y gracias a esta voz, a este balcón, a este fuego, por recordarme que renacer es mi lenguaje.
—Lucía 🌺🔥
Leave a comment